domingo, 17 de mayo de 2020






En un silencio de la noche

Calla la noche un rigor de la luz sobre tu espalda
bajo su sombra bebo la piel de enero en la que habitas
respiro un perfume a lloviznas deviniendo verbos
yo soy el que soy
entre tus manos
construyéndome en un silencio.

Calla la noche un rigor de luz sobre tu espalda
pretende ser llovizna en el soplo que trepa y des-trepa
la danza de un beso bailando en tus extremos
yo soy el que soy
en esa danza
donde donas de a sorbos mi existencia.

Calla la noche un rigor de luz sobre tu espalda
siembra semillas de estrellas en las sábanas
juega con nosotros en el vaivén de los ombligos
se hace carnaval
se moja en el sudor y el vuelo de nuestros cuerpos desnudos
y nos descubre
sedientos de jazmines en el patio nos descubre
yo soy el que soy
el el rigor de luz sobre tu espalda
una llovizna
un pensamiento
las palabras
y esta bendición de tenerte
construyéndome en un silencio de la noche.

Dario Valenzuela
Del Libro inédito
"Vos, yo y el verbo"-Enero 2020-

miércoles, 15 de abril de 2020




Cuarentena 


Día 28






Volveremos
En un crepitar de huesos de la ausencia
En la lluvia que se obstina en lavar heridas
En barcos desolados a tirar redes de nuevo y resucitar la vida que nos queda
Con el rostro curtido
Con las manos lavadas
Y los pies hundidos en las calles
Extrañados de cómo duele el mundo cuando nos desencontramos.


Volveremos
A intentar de nuevo el fuego amoroso del abrazo
A recuperar la saliva en el grito del encuentro
A besarnos la frente los unos y los otros
Con el alma en silencio de las voces que extrañamos
Con el corazón rompiéndose en la mano apretando la mano
después de tantos días de apretar el aire en el sol callado de la lejanía
con los ojos secos de mirar la ausencia en las esquinas
y rezar los soplos de los que fuimos perdiendo en las distintas batallas del encierro.


Volveremos
Porque nos quedan restos de revoluciones por parir bajo la sombra de los árboles
Porque nos debemos ser mariposas en lo que nos dejó el espanto
Porque sobre el crepitar de huesos de la ausencia volverá a ser la primavera
Y estaremos allí
En el lado izquierdo de la belleza del mundo
En la mano que tiembla la poesía
En la mano que escribe lo extraño que queda de este lado
Y tal vez el otoño que es redondo todavía
Alcance a nombrarnos en la hoja torcida en donde la vida reza abecedarios.

Volveremos
De espalda a lo que fuimos sin perder memoria del exilio
De espalda al beso que no dimos
para amanecer de nuevo y beber del beso que debimos
en el lado izquierdo de la belleza del mundo
en la mano que tiembla la poesía
porque sobre el crepitar de los huesos de ausencia volverá a ser la primavera.


Darío Valenzuela
Del libro: "Un silbido pasea por las calles"
Marzo/abril 2020

domingo, 12 de abril de 2020

Día 26 ¿A quién buscan?




Cuarentena


Día 26










¿A quién buscan?

En un temblor de la tierra la muerte hoy fue vencida
la piedra que le impedía tocar los días de nuevo
se ha corrido a un costado
y la vida se hizo nueva
y caminó entre nosotros
-¿A quién buscan?-
-¡Buscamos al nazareno! –

-¡¿y buscan entre los muertos al qué ha vencido a la muerte?!-

Busquen en los hospitales, en centros de salud pública,
En ambulancias urgentes,
en calles abandonadas,
En casas donde la muerte cabalga su brioso filo
Búsquenlo donde la peste corta por débil el hilo

Allí estará el nazareno
vestido de punta en blanco con una cruz en la mano
una cruz roja en sus llagas
Allí estará el nazareno salvando vidas de nuevo
Abriendo la propia herida para vencer a la muerte
En cada uno de aquellos que antes lo crucificaron.

-¿Nosotros no lo crucificamos?-

Cuando negamos su ministerio nosotros lo crucificamos
Cuando negamos la ciencia y la tecnología en favor de la salud del pueblo
¡Nosotros lo crucificamos!
Cuando cerramos centros de salud en los barrios
¡Nosotros lo crucificamos!
Cuando privilegiamos los salarios de nuestros representantes por sobre la salud pública
¡Nosotros lo crucificamos!
Cuando privilegiamos blanquear riquezas de los usureros por sobre construir mejoras en nuestros hospitales
¡Nosotros lo crucificamos!
En cada muerto que alce su corona el virus
¡Nosotros lo crucificamos!

Pero aún y a pesar de eso,
de la corona de espinas al Cristo que se hizo pueblo
de flagelarle la espalda quitándole los remedios
de multiplicar los clavos en cada desocupado
de lanzarle su costado vaciando arcas del pueblo
negándolo tantas veces antes de que cante el gallo
aún y pesar de eso
Cristo resucitó médico y enfermero
Para sanar nuestras heridas arriesgando la propia vida
en cada cama que espera con esperanza la vida
en cada cama que espera a las manos sanadoras
de los que hacen de la salud pública nuestro Domingo de Pascua

-¿A quién buscan?-
-¡Buscamos al nazareno! –
-¡¿y buscan entre los muertos al que ha vencido a la muerte?!-
Búsquenlo en los hospitales allí Cristo es tu médico y tu enfermero
Quitándole a la muerte la peste de su corona
sobre tu frente de obrero.


Dario Valenzuela

Del libro: "Un silbido pasea por las calles"
Marzo/Abril 2020