miércoles, 15 de abril de 2020




Cuarentena 


Día 28






Volveremos
En un crepitar de huesos de la ausencia
En la lluvia que se obstina en lavar heridas
En barcos desolados a tirar redes de nuevo y resucitar la vida que nos queda
Con el rostro curtido
Con las manos lavadas
Y los pies hundidos en las calles
Extrañados de cómo duele el mundo cuando nos desencontramos.


Volveremos
A intentar de nuevo el fuego amoroso del abrazo
A recuperar la saliva en el grito del encuentro
A besarnos la frente los unos y los otros
Con el alma en silencio de las voces que extrañamos
Con el corazón rompiéndose en la mano apretando la mano
después de tantos días de apretar el aire en el sol callado de la lejanía
con los ojos secos de mirar la ausencia en las esquinas
y rezar los soplos de los que fuimos perdiendo en las distintas batallas del encierro.


Volveremos
Porque nos quedan restos de revoluciones por parir bajo la sombra de los árboles
Porque nos debemos ser mariposas en lo que nos dejó el espanto
Porque sobre el crepitar de huesos de la ausencia volverá a ser la primavera
Y estaremos allí
En el lado izquierdo de la belleza del mundo
En la mano que tiembla la poesía
En la mano que escribe lo extraño que queda de este lado
Y tal vez el otoño que es redondo todavía
Alcance a nombrarnos en la hoja torcida en donde la vida reza abecedarios.

Volveremos
De espalda a lo que fuimos sin perder memoria del exilio
De espalda al beso que no dimos
para amanecer de nuevo y beber del beso que debimos
en el lado izquierdo de la belleza del mundo
en la mano que tiembla la poesía
porque sobre el crepitar de los huesos de ausencia volverá a ser la primavera.


Darío Valenzuela
Del libro: "Un silbido pasea por las calles"
Marzo/abril 2020

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